Tate Climent y Núria Jordán presentan el proyecto transmedia “L’Anòmala” en la Semana del Talento
Martes 26 de noviembre, en el marco de la Semana del Talento del Clúster Audiovisual, Tate Clemente y Núria Jordán, alumnos del Grado en Comunicación Audiovisual y Multimedia de la Universidad de las Artes ERAM, han llevado a cabo la presentación del proyecto transmedia “L’Anòmala”.
Empezando de izquierda a derecha, Tate Climent y Núria Jordán, haciendo la presentación del proyecto «L’Anòmala» en la sesión de «MeetInnovations».
Esta presentación ha tenido lugar en el ciclo de sesiones “MeetInnovations”, dedicado a presentar y divulgar proyectos universitarios de investigación, investigación y empresariales más innovadores en el campo del audiovisual. para generar nuevas ideas en tecnologías del audiovisual.
“L’Anòmala” es una instalación donde se vive una experiencia gastronómica inmersiva e interactiva diseñada para invitar a los comensales a reflexionar sobre sus hábitos alimenticios. Esta propuesta, ideada y prototipada durante cinco meses dentro de la asignatura “Proyectos Transmedia” se presenta en formato de restaurante pop-up, donde se combina la gastronomía con elementos audiovisuales y multimedia interactivos.
Vídeo desarrollado como parte de la asignatura Proyecto Transmedia del curso 2023-2024.
La experiencia ofrece un menú de cinco platos que promueve el diálogo y la reflexión a través de provocaciones que desafían las expectativas tradicionales de una comida gastronómica, no solo placentera, sino también como estímulo provocador, facilitando una interacción profunda con la comida y nuestros hábitos alimentarios.
¿Qué es el diseño interactivo? Nos lo explica Tate Climent.
El diseño de interacción (IxD) es una disciplina del diseño que integra la investigación, la innovación y la creatividad con el objetivo de transformar nuestra forma de comunicarnos y de interactuar con el mundo que nos rodea.
Su aplicación va mucho más allá del simple uso estético, integra principios de psicología cognitiva, ergonomía y diseño gráfico para enriquecer las experiencias de los usuarios creando interfaces intuitivas, accesibles y eficientes. El objetivo principal es que los usuarios puedan alcanzar sus objetivos de forma rápida, sencilla y satisfactoria, teniendo en cuenta el contexto de uso y las expectativas de cada momento.
Los principios fundamentales del diseño de interacción se basan en asegurar que la información sea clara y fácil de leer, para evitar que el usuario se desoriente en la interfaz. Además, es importante trabajar con una estética atractiva que al mismo tiempo no comprometa la eficiencia de uso, consiguiendo un diseño visualmente agradable pero práctico. También son claves la usabilidad, que hace que el producto sea fácil de utilizar, y la funcionalidad, que garantiza que cumpla sus objetivos de forma precisa y eficiente. Todos estos elementos están diseñados para proporcionar al usuario una experiencia placentera y fluida con el producto, mejorando la satisfacción del usuario.
Encontramos diseños interactivos como aplicaciones móviles, páginas web, software educativo y otras plataformas digitales que exigen una interacción fluida y comprensible. Sin embargo, el diseño interactivo no sólo se centra en el mundo digital, también encontramos artefactos interactivos y experiencias interactivas físicas como en el caso de museos, exposiciones, o espacios públicos donde se busca que las personas interactúen con el lugar o los objetos de una manera significativa. En este caso, estas experiencias se orientan a estimular la curiosidad, la reflexión o incluso el entretenimiento.
En la Universidad de las Artes ERAM encontramos el Playful Living Lab, un laboratorio de investigación y exploración de nuevas formas de interacción, haciendo especial énfasis en el desarrollo de tecnologías que integran elementos lúdicos y creativos.
Este laboratorio ofrece un espacio en el que diseñadores y expertos en tecnologías digitales colaboran para idear y desarrollar conceptos interactivos innovadores. En este contexto observamos cómo las artes y las humanidades se integran cada vez más en las disciplinas tecnológicas y evidencia que el futuro de la tecnología interactiva depende no sólo de las capacidades técnicas, sino también de las aportaciones creativas de los diseñadores y diseñadoras.